SE hace difícil escribir sobre aquello que pudo ser y no va a ser, al menos de momento. Y es que como casi todos sabréis nos hemos vuelto a quedar con la miel en los labios, y esta vez ya casi tocábamos con la punta de la lengua. Creo que como os habréis dado cuenta hablo de Madrid 2016.
Llegar a la final, habiendo dejando por el camino a urbes como Chicago o Tokio, es algo genial de lo que ahora mismo no nos damos cuenta, pero perder, al menos por el momento echa por suelo las aspiraciones no solo de Madrid, sino de toda España, de punta a punta.
Pero como ya hemos perdido de nada sirve pensar lo maravillosas que podrían haber sido las olimpiadas de 2016 en Madrid, por que es algo que nunca sabremos. Lo que toca es empezar a pensar en Madrid 2020, por que después de rozar el cielo con los dedos, no podemos echar por tierra todo el trabajo realizado hasta ahora, pero no solo el trabajo de Gallardón, el COE, Mercedes Coghen o Manuel Cobo; toca volver a levantarse por Miguel, Antonio, David, María, Laura, Lola, Ana, es decir, por toda esa gente que tenia una corazonada y que ayer decidió salir a la Plaza de Oriente para ver como Madrid se convertía en Olímpica o se quedaba por el camino, pero decidió salir por que sueñan con ver a su ciudad como sede de unos Juegos Olímpicos, sueño que comparte también Concepción Hidalgo. ¿Quien es Concepción Hidalgo? Concepción es esa simpática señora que es/ era la voluntaria numero 27515 y que protagonizó la campaña principal sobre Madrid 2016 y la corazonada, esa señora que había visto de todo en Madrid menos unas Olimpiadas, y cuyo sueño, al igual que el de Juan Antonio Samaranch era ver un Madrid Olímpico.
Por ellos y por todas esas personas anónimas que apoyan/ apoyaban a Madrid 2016, tenemos que levantarnos del varapalo que recibimos ayer y empezar a trabajar desde ahora para hacer que Madrid 2020 sea una realidad.
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